La necesidad es
la madre del ingenio, dice el saber popular. Una maestra integradora, que veía
que las mujeres ciegas se quemaban las manos y los brazos con la plancha, se
acercó al Club de Ciencias Amun Kamapu, de Santa Rosa de la Pampa, a pedirles
que desarrollaran una solución. Cabezas y manos a la obra, los integrantes del
club pensaron un dispositivo que consiste en dos placas de fibra de vidrio
adosadas a la plancha con cierres plásticos. Por más que las personas toquen la
plancha, no se quemarán porque la fibra de vidrio es un aislante térmico. Bautizaron
a su proyecto NOQUEM, que suena a mapuche, como el nombre de la asociación que
lo inventó.
El club está
integrado por 15 niños y jóvenes de entre 9 y 25 años que se reúnen todos los
sábados con el objetivo de “fomentar la educación científica y tecnológica a
partir de
proyectos que aporten a la comunidad y al desarrollo personal”.
Cuentan con el apoyo de tres profesores: uno de Tecnología, otro de Historia, y
un tercero de Matemática. El grupo funciona desde 2008 y, formalmente, desde
2012.
Otras iniciativas
sobre las que trabajaron son “Cosiendo igualdades”, un dispositivo para máquinas de coser
destinado a personas con movilidad reducida en los miembros inferiores que, en
vez de funcionar con pedal, se acciona a través de una vincha en la cabeza.
También trabajaron en un taller de juegos tradicionales modificados para
utilizar operaciones matemáticas.
Daniela, una de
las expositoras del stand, explica que todavía no pueden hacer que los
proyectos lleguen a la gente porque, como en la mayoría de los casos de
emprendimientos de este tipo, no cuentan con financiamiento para producir en
cantidad.